miércoles, 1 de mayo de 2013

Día del 1/Trabajador

Simplemente quiero plasmar, en caliente, las reflexiones que me llevaré a la cama este 1 de Mayo.

Esta tarde he asistido a la manifestación convocada por la CNT. Cuando he llegado he visto a un grupo de gente muy variado, abuelos con nietos, matrimonios, perroflautas... todos ellos increpando a otro grupo, no tan variado, de perroflautas, eso sí, vigoréxicos. No era difícil darse cuenta que se trataban de agentes de los Mossos d'Esquadra infiltrados en la manifestación. No es la primera, ni será la última vez que aparecen, aunque en esta ocasión eran muchos. Primero vi a la treintena que estaba siendo abucheada, pero entrada la tarde vi otros grupos no tan numerosos.

Agentes infiltrados protegidos por los antidisturbios.

Me desplazaba con mi bicicleta, como de costumbre, así que cuando me llegaron comentarios que los Mossos estaban cargando en calle Pau Clarís con Diputació, me acerqué lo más rápido que pude. No llegué a ver ninguna carga, así que durarían menos de cinco minutos. Lo que sí que vi fue la mano de un antidisturbio. Me explico. Cuando llegué al punto conflictivo, me dí cuenta que la cosa estaba calmada, pero sí que parecía que las lecheras se empezaban a movilizar de nuevo. Estaban subidas en la acera y se incorporaban a la carretera por la rampa del paso de cebra. Sin pararme a pensar qué estaba haciendo, me dirigí al paso de cebra como si me dispusiera a cruzar, eso sí, esperándome a que se pusiera verde el semáforo. De esta manera, bloqueando la salida a los furgones. Empezó a hacer sonar la bocina el que estaba justo a mi lado, pero como si conmigo no fuera la cosa, me limitaba a mirar si mi semáforo cambiaba a verde. Acto seguido abrió la puerta un humanoide con exoesqueleto de plástico y sin cruzar palabra me agarra por el hombro y me aparta de un manotazo, fue en ese momento que sí dio signos dialécticos: "¡Que te muevas, coño!".

No había pasado ni una hora, y ya había notado en mis carnes la violencia generalizada por las calles de Barcelona, desde hace un año y poco. Porqué si el gobierno de CiU se caracteriza por algo, mucho más allá de la archiconocida corrupción, es por la violencia sistemática que genera.

Más tarde subí hacia el barrio de Gràcia, donde se conocía que los Mossos habían rodeado a algunos manifestantes y habían tenido que refugiarse en bares.

Cuando llegué sólo vi tres cosas, pero fueron suficientes para inspirarme un tweet al Conseller d'Interior Ramón Espadaler:


Que vendría a decir algo así como: "os pasáis tres pue..."OYE no voy a menospreciaros, y voy a presuponer que sois suficientemente listos como para haceros una idea de lo que significa en castellano.

Lo que vi fue, en primer lugar a un agente antidisturbios dándole un golpe con la porra en la espalda a un hombre mayor, de unos setenta años. Siendo sinceros, sólo vi el momento del golpe, no sé qué pudo haber hecho ese septagenario para merecerlo, pero lo que sí es verdad es que físicamente no daba para mucho el pobre.

La segunda imagen que me llamó la atención fue ver como atendían a una chica que, aparentemente, no podía mover las piernas, después de recibir varios golpes de otro de los antidisturbios de los Mossos.



Y finalmente, entre rabia e impotencia, al ver como trataban al personal, esos funcionarios públicos, ocurrió algo. Cayó un huevo. Miré hacia arriba y no vi nada. Pero más tarde cayó un segundo huevo. Me quise fijar, pero no vi de qué balcones salían los huevos. Hubo más huevos y hasta algún petardo. Eso desconcertó mucho a los agentes y a partir de ahí se calmó un poco el ambiente. Entonces yo me fui.

No es difícil imaginarme a los vecinos de un barrio como el de Gràcia, generalmente gente de izquierdas, crispados por los últimos episodios causados por los agentes de la autoridad. Hacía sólamente un par de semanas, que los Mossos cerraron un Centro Social Ocupado, donde durante años se hacían muchas actividades para los vecinos. Y justo el día previo se había hecho una demostración casi militar de fuerza por parte de los antidisturbios por las calles de Gràcia:


Me pongo en sus zapatos y puedo entender que miles de familias trabajadoras, sientan malestar y rechazo hacia estos actos de intimidación gratuitos, y lo expresen con lo primero que encuentran en la nevera.

Así que, de la misma manera que le twitteo al Conseller, me lo pregunto: ¿Será consciente de la violencia, quizás excesiva y por supuesto fuera de lugar, de los agentes; y de la imagen que tiene el pueblo llano del cuerpo de antidisturbios? Aquí es donde entra en juego la fiabilidad de los informes y las actas policiales. OH WAIT!

Y como no hay mejor narrador que una cámara, aquí dejo unos vídeos de algunos de esos momentos de violencia de los que hablaba. Sin manifestantes. Sin disturbios. Sólo violencia:




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